viernes, 6 de junio de 2014

EL RECORRIDO ESPACIAL COMO ELEMENTO ARTICULADOR.




EL RECORRIDO ESPACIAL COMO ELEMENTO ARTICULADOR


Arquitectura como experiencia. Arquitectura sensorial, propiciada desde el recorrido arquitectónico, desde las sorpresas, los giros y los quiebres. Arquitectura como reto. Tanto las formas y los espacios que contiene, como los tiempos, están llevados al límite.

‘La arquitectura se experimenta deambulando y caminando a través de ella’. Le Corbusier, 1942

Secuencia de imágenes que se abre ante los ojos del observador cuando avanza gradualmente a través del edificio. Donde se imbrican espacios interiores y espacios exteriores. Recorrido continuo, y totalmente accesible

Se pretende construir el espacio arquitectónico mediante el movimiento. La “forma” de la edificación es la de su recorrido y este recorrido es de carácter espacial.

El recorrido es uno de los conceptos fundamentales para generar interés y calidad espacial.

El recorrido puede ser sugestivo si consideramos todas las formas de percepción humana, una mirada, una caminata pausada, un descanso momentáneo, una respiro profundo, son las formas más habituales de recorrer el espacio. La creatividad puede inducir además a que disfrutemos del entorno dentro de una “experiencia controlada”.

Recorrido espacial, cada situación es descubierta en la experiencia dinámica del movimiento la experiencia del recorrido ...la relación del hombre con la arquitectura es un hecho fundamentalmente perceptivo, la arquitectura se experimenta a través de la totalidad de los sentidos, no solo por la visión,y el logro de la satisfacción humana debe ser uno de los fines del arquitecto...Geoffrey Broadbent  

Tiempo y espacio son dimensiones del mundo físico en el que vivimos, estamos tan ligados a ellos como la misma piel por la que sentimos. De esta misma forma el tiempo y el espacio están ligados a la arquitectura, como si esta fuera su piel; y nosotros los humanos interactuamos con la arquitectura recorriendo el espacio, sintiéndolo, transformándolo, y haciéndolo nuestro.


El recorrido se compone de un tiempo para recorrerse que es propio de él y, por tanto, reclama de un espacio en el cual se pueda –ese tiempo– constituir, medir y recoger.

El recorrido no es sólo el modo como se deambula por un interior, sino también el modo por el cual se establece la unidad de la obra de arquitectura con respecto a sí misma y su relación con el exterior. El espacio del recorrido construido por la arquitectura es, en este sentido, el espacio de lo mayor. Lo mayor como aquello que tiene capacidad o potencia de representación de la totalidad de la obra. Lo mayor a su vez contiene dentro de sí una suerte de sub-potencia que es de culminación. El recorrido se decanta como tal, en el cuerpo, cuando alcanza un punto culminante, en el cual, lo mayor es posible de contemplar (como un recorrido y no una sucesión de vanos) a partir de una relación de longitudinales que vinculan cercanía y lejanía, interior y exterior. 





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